viernes, 24 de abril de 2009

Destinos

"No creo en un destino predeterminado", dijo en algún momento un personaje, y me marcó para siempre. Sin embargo, he constatado que el destino es insoslayable: cuando las cosas son escritas, es porque pasarán de cualquier manera.

He intentado un par de veces cambiar el futuro, pero como está condicionado por el presente, no lo logro. ¿Será porque lo que hago justamente conduce a aquello que intento evitar?

Hoy día presencié uno de esos raros casos de free will, al descubrir que el destino que tenía previsto hace meses se venía abajo como el castillo de mis sueños. "La cuarta y última torre", pensé, pero derribada a propósito para que no hubiera daños colaterales.

La sensación de haber esquivado un muro en el que, de otro modo, chocaría en un tiempo no muy lejano hizo que mi cabeza diera vueltas. De cierta manera experimenté aquello que temía como si lo estuviera leyendo en un cuento: yo estaba ahí como protagonistas, pero en realidad ocurría en otro plano. Logré sentir el dolor de aquel futuro -ahora perdido- como sentiría el dolor de un personaje en una novela.

El sentimiento sólo duró un momento, y aunque me alegra enormemente haber podido torcer el camino que había previsto, no deja de causarme escalofríos. Tal vez aquella persona que hizo la elección decisiva no lo haya tenido en cuenta, pero, a mi me marcó para siempre. ¡Cómo palabras tan simples pueden destruir algo que creía implacable!.

"Mi poder, todo fue por mi poder", decía el mismo personaje hace 8 años atrás. Yo me sentía igual. Ahora veo que hay gente más poderosa, y que más encima ignora la capacidad que tiene. Cambiar el destino.

Algunos creerán que exagero, que somos libres, que no debería ser tan fatalista, o fuertemente determinista. Pero es que hasta hoy no había tenido la oportunidad de ver a alguien oponerse a lo dictado por la irrompible cadena causa-consecuencia. Por eso decidí dar vuelta la página para empezar de nuevo y replantearme si el destino es tan ineludible como pensaba. Sólo me queda por decidir si es conveniente o no conocer las consecuencias antes de saber las causas.

martes, 21 de abril de 2009

Conversaciones

En el metro vi esta cita que llamó mi atención:

"Acostumbramos a decir que llevamos una conversación, pero la verdad es que, cuanto más auténtica es la conversación, menos posibilidades tienen los interlocutores de llevarla en la dirección que desearían. De hecho la verdadera conversación no es nunca la que uno habría querido llevar. Al contrario en general sería más correcto decir que entramos en una conversacion cuando no que nos enredamos en ella."

Hans-Georg Gadamer

sábado, 18 de abril de 2009

Palabras esquivas

Estoy en proceso de tesis. La bendita tesis que a fin de año me tendrá los nervios de punta. Por ahora están medio doblados nomás.
En una de las clases de proyecto de tesis me pidieron que diera un ejemplo de anglicismo (tema de la tesis que escogimos en mi grupo), no supe dar ninguno. Recordé entonces un anglicismo, perfecto para la pregunta que nos habían hecho, lamentablemente me sabía el significado, todo lo que rodeaba la palabra, pero la PALABRA misma no llegó a mi cabeza.

Sabía que ésta se referia a un descubrimiento científico afortunado e inesperado que se ha realizado accidentalmente y que se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente. Pero ni por accidente supo alguien qué era lo que yo quería decir.

Me acordé de "chiripa", que es un sinónimo bastante cercano. También recordé que hacía referencia a un cuento o mitología de allá de europa del este o mucho más al este que eso.

Investigando, descubrí hoy que aquel vocablo deriva del inglés, neologismo acuñado por Horace Walpole a partir de un cuento persa del siglo XVIII (no griego ni de europa del este :P) llamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip, solucionan sus problemas a través de increíbles casualidades.

La palabra se usó mucho en sus orígenes, pero fue cayendo en desuso. Ha sido rescatada recientemente gracias al renovado interés en este tipo de asuntos y a otros motivos culturales, como por ejemplo: tener que traducir un texto de minería del portugués al español.

Ahí estaba la palabra, en wikipedia-porque en la RAE no aparece-, tan campante como sólo ella podria estar, tan rara como relacionarla con un elefante. Porque cuando me preguntaron más datos para ver si daban con la palabra, dije que tenia una P, y que me recordaba a algo feo, y a elefante.

SERENDIPIA.
¿les suena a paquidermo?

martes, 14 de abril de 2009

En la mansión de dios

Mi mala memoria ha sido tal que decidí empezar a tomar remedios homeopáticos, aquellos que madre siempre me da y que yo colecciono en el fondo de algún bolso hasta que vencen. Entonces debo botarlos porque nadie se tomaría algo vencido...
Pero empecé a olvidar hasta los sueños, y ahí sí me preocupé. Es cierto que normalmente no se recuerdan más que unos pocos, a veces ninguno, pero siempre tuve buena memoria para ellos, sobre todo para los que eran, de alguna manera, premonitorios. Así que empecé a tomar esas pastillas que tanto me cargan para reactivar mi memoria.
Hace un tiempo soñé con un castillo que caía y una casa que peligraba. En aquella casa había mucha gente que conocía. Al momento de contar el sueño la primera vez, sólo recordé a algunas personas de coro, pero con el pasar de los días, reconocí en el sueño a familiares míos.
El castillo tenía 4 torres.
La casa se veía atacada por bichos y ratones que habían salido arrancando después de la caída, y que intentaban entrar a aquella casona. Recuerdo que alcanzaron a entrar un par de bicharracos, pero no los suficientes como para causar problemas.
Intentando buscar el significado de aquello, me dí cuenta que, como en el tarot, el castillo representa el cambio drástico de algo... LA TORRE CAÍDA, LA MANSIÓN DE DIOS, símbolos que desde siempre me han impactado. Por eso, tal vez, se vean reflejados en mis sueños representando anhelos o miedos.
Siento que tres de las torres han caído, refiriéndose a gente de la música, de mi familia y temas de salud. Aún falta una por caer y no sé a quién o qué más afectará.
Y eso es lo que me preocupa, el no poder recordar las caras que me llamaron la atención en ese momento. Tengo la sensación de la caída y de el peligro aún presente, pero las caras son una nebulosa en mi cabeza.
Sólo espero que la torre que falta por caer, traiga cambios que restauren, porque si bien la casa fue atacada, no sufrió mayores daños (aparte del miedo).
No sé si sea un consuelo, pero al menos no he soñado con La Muerte o con El Mundo. No todavía.
Una última cosa, si alguien supiera decirme qué significa el 56, sería fantástico.
Hasta pronto!