viernes, 20 de febrero de 2009

La sima del mundo

Fue una dosis de vida a la vena que duró mucho, y a la vez muy poco.Ahora hay que desear que los días pasen volando, que las horas se conviertan en minutos para no desangrarse en el intertanto.
Un ser sin nombre, indefinible. Un espíritu que vaga por la inmensidad de la noche, buscando el límite, el borde del planeta.
Inútil. Un sueño vano. El sol de invierno que ha llegado en pleno verano, la nieve en las montañas y el viento despiadado, enfrían el corazón, lo confinan al rincón más oscuro del alma... a la espera...

Cansancio continuo, continuo vagar. La tierra llama al ser tembloroso para acogerlo en su seno y este se apronta a aceptar las caricias de milenaria humedad.
Descansar en paz.

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